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Agricultura

 

A mediados del siglo XVIII sólo la cuarta parte de las 270.000 hectáreas que constituían la Tierra de Soria se empleaban para el cultivo agrícola. El resto, o eran yermas, o montes, dehesas y prados. La distribución de los cultivos era desigual entre los cinco sexmos, pues, mientras que los sexmos de Arciel, San Juan y Lubia disponían del 65% de la superficie cultivada, entre los sexmos serranos de Frentes y Tera apenas llegaban al 35% y, en este caso, dedicada al cultivo de huertas y linares; dándose la circunstancia de que algún municipio serrano, como el de Covaleda, no disponía de superficie de cultivo cerealístico. Esta diversidad intersexmera en la producción de cereales originaba una doble consecuencia negativa: una clara dependencia de las aldeas serranas con respecto a las meridionales en el abastecimiento de trigo, alimento básico e imprescindible, y, como consecuencia de ello, la ausencia de excedentes y la imposibilidad de vender trigo al exterior. 

 

La vid, una alternativa al cereal desde los siglos finales de la Edad Media, al ser un cultivo muy sensible a los fríos y a la sequía, sólo ocupaba un reducido espacio de las solaneras del entramado parcelario de unas pocas aldeas de los sexmos de Arciel y Lubia. A su vez, la producción de vino era tan escasa, que ni siquiera cubría el 10% del consumo local; mientras que el olivo, que completaba junto con el trigo la trilogía de cultivos propios del mundo mediterráneo, no resistía, de forma regular, la altura media de la Tierra de Soria. La dureza del clima, pues, eliminaba otros cultivos quizás más rentables y circunscribía la agricultura a un monocultivo cerealístico, que, por otra parte, también quedaba limitado por las condiciones atmosféricas adversas.

Agricultura tradicional
 

 

Durante el Antiguo Régimen la agricultura cerealística constituía una parte sustancial de la economía de la Tierra de Soria durante el Antiguo Régimen; a pesar, también de que las técnicas de cultivo practicadas fueran las tradicionales, que no contribuían, precisamente, al aumento de la productividad: predominio casi absoluto del sistema "año y vez", que obligaba a dejar en barbecho la mitad de las tierras cada año; ausencia de regadío, utilización de aperos de labranza demasiado arcaicos, como el arado de madera con una pequeña reja de hierro que profundizaba muy poco el surco, o el mismo trillo, que apenas había evolucionado desde la época romana, que fueron los útiles, casi exclusivos, empleados en la Tierra de Soria hasta bien entrado el siglo XX.

 

Producto bruto agrícola en reales en manos de nobles titulados, 
mayores hacendados y eclesiásticos en Tierra de Soria (siglo XVIII).

GRUPOS
PRODUCTO AGRÍCOLA (rs.)
% SOBRE EL TOTAL DE LA TIERRA
Nobles titulados
535.314,19
8,79
Mayores hacendados
361.884,47
5,94
Eclesiásticos
1.334.227,50
22,06
Total de los tres grupos
2.241.426,16
36,79
Total de la Tierra
6.092.760,70
100,00

 

La productividad era escasa: difícilmente se llegaba a los "años buenos" a un rendimiento de 6 granos por grano sembrado y como los "años malos" se sucedían con excesiva frecuencia, la escasez y la austeridad estaban siempre presentes. La pobreza no era sólo leyenda en estas tierras tan duras. Únicamente el trabajo, la vida austera, las privaciones, el ahorro, y, a menudo hasta el azar, podían proporcionar el mantenimiento de la herencia familiar, unas tierras propias y una yunta con las que hacer frente a las necesidades cotidianas.

Fuente: Emilio Pérez Romero

Hoy en día el patrimonio mancomunado tiene uso forestal y no se obtiene ningún tipo de renta de la agricultura.

 

Ganadería ovina. Foto: Raquel Bados Sevillano

Ganadería ovina

Pastos

 

Actualmente los ingresos por ganado proceden de la adjudicación de pastos. Sin embargo en éspocas pasadas la ganadería lanar constituía la principal fuente de riqueza del la Tierra de Soria.

 

Entre trescientas y quinientas mil ovejas trashumantes, estantes y riberiegas (las que realizaban la trashumancia a los Reinos de Aragón y Navarra) formaban la cabaña ovina soriana durante los siglos del Antiguo Régimen. La cuadrilla de la Mesta de la Sierra Nevada de Soria, a cuya cabeza estaba la ciudad de Soria, incluía también rebaños de otros territorios de la antigua provincia, ajenos a la Tierra de Soria, que tenían dedicación casi exclusiva a la ganadería ovina, como la Tierra de Yanguas, la Tierra de San Pedro, La Tierra de Ágreda, los Cameros, las Viniegras... y territorios más meridionales, pero con destacada tradición ganadera, como la Tierra de Almazán o la Tierra de Berlanga. Los ganados de estos lugares trashumaban y se alimentaban en los términos de la Tierra de Soria en su lento caminar hacia los pastos de invierno meridionales, durante el mes de septiembre, y, a su vuelta en mayo, hacia las sierras septentrionales, donde disfrutaban de los frescos pastos de sierra durante todo el verano (Díez Sánz y Martín de Marco, 1998).

 

La importancia ganadera derivó en importantes industrias, como la de la lana y la de la carretería. Muestra de esta riqueza y tradición trashumante son el Museo de la Trashumancia en Ocala y el Lavadero de Lanas de Vinuesa.

 

Trashumancia
Rutas de la trashumancia en la Tierra de Soria en el s.XVI

 


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